http://www.pctonline.com/images/blank.gifPor Bobby Corrigan

¿Usted ha tenido alguna conversación con alguien que le dice “yo se que me oye, ¿pero me está escuchando”? Por supuesto. A todos nos ha ocurrido. Sabemos que escuchar no es una actividad pasiva. Escuchar atentamente requiere esfuerzo y concentración. Similarmente, mientras hago inspecciones de problemas de plagas, a veces debo concentrarme y decirme a mi mismo: “Bobby, yo se que estás mirando, pero ¿estás observando? Lo mismo que oír vs. escuchar, mirar vs. observar también requiere diferentes niveles de esfuerzo.

El verbo observar significa examinar y estudiar científicamente. Esto es importante, porque el manejo de plagas en el mundo real es en primer término y por sobre todo una ciencia. Muchas veces estamos buscando animales criptobióticos, (esto es animales de conducta secreta, tales como ratones, ratas, hormigas carpinteras, termitas, murciélagos, cucarachas, etc.). Para ser capaz de encontrar a este tipo de animales en el breve período de tiempo que tenemos en un día típico de trabajo, requiere que seamos eficientes.

Si Ud. Alguna vez ha asistido a mis clases durante los últimos diez años sobre cómo realizar inspecciones de plagas de animales criptobióticos, usted habrá visto diapositivas del famoso detective Sherlock Holmes citado en mis exposiciones como analogía para inspecciones exitosas de plagas. Yo destaco el ejemplo de “Un escándalo en Bohenia”, por ejemplo, donde el maestro de la observación, Sherlock Holmes pregunta al Dr. Watson cuántas veces ha visto los escalones que conducen a su departamento.

-“Frecuentemente.”

-“¿Cuán a menudo?”

-“Bueno, algunos cientos de veces.”

-“¿Entonces, cuántos escalones son?”

-“¡Cuántos! No se.”

-“¡De acuerdo! Ud. No ha observado. Aunque haya visto.”

Yo no soy el único profesional de plagas que ve esta analogía. En Kentucky, por ejemplo, Ralph Hall es propietario de Bug Detectors y está orgulloso de la similitud entre Sherlock Holmes y el control de plagas, y usa la imagen de Sherlock Holmes como su logo en sus vehículos de servicio y tarjetas de negocios.

Keith Story, el renombrado entomólogo ingles, en 1986 escribió uno de sus mejores capítulos sobre inspecciones de plagas que yo haya leído. Él dice: “Las buenas inspecciones, como la detección criminal, requieren de ambas habilidades: analítica e intuitiva, junto con un fuerte deseo de vencer a la plaga. Ésto no se puede conseguir solamente con equipamiento”. ¡Bingo!

Entonces, ¿cómo aplicamos esta lección de ver contra observar en el campo? Bien, examinemos unos pocos ejemplos de inspecciones en las que he acompañado recientemente a algunos técnicos. El año pasado, en un restaurant de Chicago con una infestación de ratones caseros, el técnico colocó tramperas a lo largo de varias paredes, pero según un esquema monodimensional de una trampera cada unos 2,5 metros sobre el piso. No obstante, a lo largo de varias otras áreas, sobre y fuera del piso, como también en varias esquinas, había “pilares” de orina de lauchas (acumulación vertical de orina) y excrementos. Ambos, orina y heces, sirven a las comunidades de ratones como importantes claves de feromonas y, de hecho, nos muestran los caminos de alta actividad de la población local — pero solamente si somos observadores. Para ser mejores en lo que hacemos, debemos buscar un poco más profundamente las claves biológicas que a veces nos proveen las plagas. Hace poco tiempo, en un depósito de comestibles, el técnico era rápido para descubrir “excretas de ratas” en varias estaciones de cebado en el exterior y anotaba “actividad de ratas” en cada estación. Esto ciertamente llamó la atención del gerente del establecimiento. Pero las excretas no eran para nada de ratas.

En una mirada rápida, las excretas parecían similares en tamaño y forma a las de ratas hasta que uno notaba, mediante una mejor observación, las frágiles acumulaciones de fragmentos de insectos, características de las heces de sapos.

Respondiendo a un “segundo llamado” por una detección crónica de excrementos de ratones en un complejo de oficinas, un técnico de servicios visitó el área donde se habían observado los excrementos e instaló tramperas detrás del mostrador y partió rápidamente a visitar su próximo cliente en la hoja de ruta. Desafortunadamente, él falló en observar dónde se estaba originando la presión de los roedores, que realmente ocurría dos pisos más arriba de donde se observaban las deposiciones. Una observación más precisa que la simple mirada original y unas pocas preguntas analíticas al personal nos colocaron en la pista precisa del problema.

Como la mayoría de los profesionales pueden atestiguar, una primera inspección por cucarachas en una cocina comercial grande, puede parecer abrumadora — únicamente si Ud. No es un buen observador. En lugar de tratar de inspeccionar sistemáticamente cada área de la pared y cada máquina o equipo dentro de la cocina, es mucho más eficiente en tiempo comenzar por aquellas áreas donde Ud. observe que coinciden condiciones de calor, humedad y lugares propicios para escondite. Si el lugar tiene una población de cucarachas distribuidas normalmente, éstas se encontrarán en esas áreas. Porque ellas reproducen los “asentamientos tropicales” que las cucarachas prefieren.

No es un gran misterio: las grandes inspecciones requieren observación. Como profesionales, se lo debemos a nuestros clientes y a nuestras empresas, el ir mucho más allá de un simple vistazo mientras realizamos una inspección. Entonces, cuando un cliente pregunte cómo es Ud. capaz de deducir tanto a partir de su inspección, Ud. Podría usar las mismas palabras que el gran inspector Holmes usó en “Un caso de identidad”: “Es mi negocio conocer las cosas. Tal vez me he entrenado para ver lo que otros no ven. Si no fuera así, ¿Porqué me consultó?”

Durante el trabajo pregúntese: ¿Veo lo que otros no ven? ¡Sepa observar y lo verá!

Traducción:
Carlos A. Bertomeu